Unos días antes se llevaban los cestos de mimbre y los cunachos al río o a un estanque con el fin de que tomasen correaje y no se rompieran durante la vendimia. También se contrataba un guarda comunal para vigilar las viñas de los ladronzuelos. A continuación se lavaba el lagar y las cubas de las bodegas con agua caliente frotando con cepillos de fibra.
Cestos y cunachos para recoger la uva
Comenzaba la vendimia en el mismo día en todo el pueblo (el ayuntamiento daba vereda para el inicio) después de que llegasen las cuadrillas de familiares o de vendimiadores de la sierra o del páramo en donde no existía vid. Eran días muy alegres, con mucho jolgorio y bromas a todas horas, acompañado de los correspondientes cabreos del jefe.
Cuadrilla vendimiando
La jornada era dura, desde la salida del sol hasta la puesta. Se almorzaba y se comía en el campo. Se bebía vino para matar la sed y de postre no faltaban las uvas. La jornada transcurría en tono alegre hablando de chismes.
La uva se corta de la cepa con los garillos y se echa en el cunacho, cuando este está lleno se saca, y se vacía en los cestos, realizados con mimbres por los gitanos.
Desfile de carros en la Fiesta de la vendimia en Toro
Los pisadores, “lagareros”, eran las personas encargadas de pisar los racimos de uva en la pila. Se realizaba con los pies descalzos y a veces con botas, en un alegre compás, llamado el baile de san Vito, así se obtenía el mosto.
Día de la vendimia en Moradillo de Roa
Posteriormente se realizaba un reparto del mosto, entre los que habían entrado en el lagareo. Los hombres “tiradores” llevaban la pelleja, con mosto sagrado, sobre los hombros asomando la cabeza y mirando al suelo trotando hacia las bodegas.
VIDEO DE LA VENDIMIA
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